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🕊️ Cold Case Sudafricano


Se reabre la investigación sobre el asesinato de Steve Biko

Los fiscales sudafricanos decidieron sacudir el polvo de uno de los expedientes más emblemáticos de la lucha contra el apartheid: el caso Steve Biko. Y lo harán con timing simbólico: el 48º aniversario de su muerte, ese 12 de septiembre de 1977 que convirtió su nombre en bandera planetaria contra la segregación racial.

Biko, fundador del Movimiento de Conciencia Negra, fue arrestado el 18 de agosto de aquel año por “violar” restricciones absurdas a su movimiento. Encerrado en una comisaría de Port Elizabeth, fue mantenido desnudo, encadenado y sometido a brutales sesiones de tortura. El desenlace es conocido: un traslado en condiciones inhumanas a Pretoria, un hospital penitenciario a 1.200 km de distancia, y la muerte al día siguiente por una lesión cerebral masiva.

En su momento, la policía habló de un “golpe accidental contra una pared”. Décadas más tarde, ante la Comisión de Verdad y Reconciliación, algunos oficiales improvisaron otra versión: que Biko atacó con una silla a un agente y se autolesionó en la refriega. La realidad, según coinciden testigos y médicos, fue otra: torturas reiteradas y una paliza final que apagó a los 30 años la voz más potente de una generación.

Justicia tardía, ¿pero justa?

La Fiscalía Nacional (NPA) asegura que el objetivo no es sólo formal: “presentar pruebas ante el tribunal que permitan concluir si la muerte fue causada por un acto u omisión que constituya delito”. El eco de esas palabras llega en un contexto donde crecen las críticas —también del propio presidente Cyril Ramaphosa— de que demasiados crímenes del apartheid siguen sin investigarse.

La reapertura del caso Biko se suma a pesquisas recientes sobre muertes sospechosas como la del Nobel Albert Luthuli en 1967 o los asesinatos de los Cradock Four en 1985. Es un intento de sanar heridas, pero también de enviar un mensaje político: que las atrocidades del pasado no quedarán selladas en carpetas amarillentas.

Steve Biko. Vitral de Daan Wildschut en la Iglesia de Santa Ana, Heerlen (Países Bajos)

Legado inmortal

La figura de Steve Biko trasciende tribunales. Fue inspiración de canciones —el célebre Biko de Peter Gabriel—, películas (Grita libertad, con Denzel Washington) y discursos. Nelson Mandela lo definió como “la chispa que encendió un fuego de sabana en toda Sudáfrica”.

Hoy, casi medio siglo después, Sudáfrica vuelve a pronunciar su nombre en voz alta. Y el mundo escucha.

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